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Encuentro con la Vida Silvestre en el Bosque Galilea de Tolima

En medio de la exuberante vegetación del Bosque Galilea, situado en Villa Rica (Tolima), un emocionante acontecimiento ha cautivado a los amantes de la naturaleza y a los defensores del medio ambiente: la aparición de una familia de osos de anteojos. Este bosque es un tesoro natural protegido como parte del proyecto REDD+ liderado por la Fundación AMÉ, el cual involucra a 70 personas comprometidas con la conservación.

Hace dos años, los guardabosques del proyecto instalaron cinco cámaras trampa estratégicamente ubicadas, las cuales han capturado imágenes fascinantes de la vida silvestre. Entre estas imágenes se encuentra el paso de una familia de osos de anteojos, compuesta por dos adultos y dos oseznos. Estos majestuosos animales no solo son una maravilla para admirar, sino que desempeñan un papel fundamental en el bosque al actuar como dispensadores de semillas, contribuyendo así a la regeneración natural del ecosistema.

Además de los osos de anteojos, otras especies como monos churucos, tigrillos y guatis también han sido avistadas en esta área protegida. Durante los recorridos de control y vigilancia, los guardabosques han tenido la fortuna de encontrarse cara a cara con estos magníficos animales, lo que refleja el éxito de las medidas de conservación implementadas.

Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la estrecha colaboración con la comunidad local. David Parra, líder comunitario, destaca la importancia de esta iniciativa al afirmar: “Gracias al proyecto con la Fundación AMÉ, hemos logrado proteger la zona y hemos podido llevar el mensaje a nuestras comunidades vecinas ya los niños de que es mejor conservar que destruir” .

Este encuentro con la vida silvestre en el Bosque Galilea es un poderoso recordatorio de la importancia de preservar nuestros ecosistemas naturales y trabajar en conjunto para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras. La Fundación AMÉ continúa su labor incansable en la protección de estos espacios vitales para nuestra biodiversidad, demostrando que la conservación ambiental es una responsabilidad compartida y un legado invaluable para nuestro planeta.

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